26 de septiembre de 2009

Teatro Carlos Carella

En el 2008 comenzó a funcionar el taller de Teatro en el Centro de Participación Comunitaria de Victoria. A lo largo de todo el año, los martes a la noche se dieron cita quienes tuvieron ganas de transitar por este espacio de exploración y búsqueda. En el 2009 se sumaron nuevos integrantes al taller y un día, casi como en broma, alguien tiró la idea: ¿y si armamos una sala, un teatro en el CPC? Inicialmente la propuesta sorprendió y algunos también pensaron que, si bien había muchas ganas de hacer teatro, lo de armar una sala era demasiado. ¿En qué lugar? ¿Con qué? ¿Cómo? Poco a poco, como siempre que el entusiasmo se hace presente, comenzaron a aparecer las respuestas.
Telas negras, unas tarimas, muebles “escondidos”, un “orden general”, reacomodaciones, areglos de la instalación eléctrica, remodelación del baño...
También posibles elencos invitados, una programación tentativa. Amigos y amigas del CPC con ganas de ver teatro, un buffet que podía volver aún más “deliciosa” cada velada... Finalmente, aquella idea un poco arriesgada, propuesta casi jugando se volvió realidad y se hizo noche de inauguración y homenaje el 12 de septiembre. Con la asistencia de mucha gente, cerca de 50 personas coparon la sala y algunos más quedaron en la vereda. Aquel espacio, que en las tardes se llena de chicos que vienen a los talleres, a leer, a fabricar violinistas de lata, a dibujar y a tomar la leche, se vistió de negro y se convirtió en una auténtica sala de teatro que poco o nada tiene que envidiar a otras de más renombre. El nombre elegido fue el de Carlos Carella, actor comprometido por igual con el arte y la militancia peronista. Juan Merello fue invitado a homenajearlo. Todos se emocionaron con sus palabras y con el clima que instaló: como si esto ya no hubiese sido demasiado dejó de regalo un retrato hermosísimo de Carella que cuelga desde ese momento en una de las paredes del CPC. No podría haber habido otro regalo mejor. Pedro Hasperué a su vez se refirió a Juan, compartiendo parte de su trayectoria y su valiosos aportes al teatro. Toda la concurrencia dsifrutó luego de los trabajos que armamos en el taller de Teatro: La violación de Lucrecia, Postales Argentinas y El mundo ha vivido equivocado. Un intervalo en el medio fue la excusa perfecta para degustar las deliciosas empanadas de carne hechas por las manos de Graciela. Vecina del CPC, ella siempre se suma a la propuesta cocinando distintas cosas que son bienvenidas cada noche, acompañando un vaso de vino y una charla entre amigos. Y así comenzó a girar la rueda. Las noches de teatro se fueron sucediendo, recibiendo a distintos elencos que desplegaron su arte en este nuevo espacio.


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